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De la Resiliencia y el Tennis... (Deportes aplicados a negocios)

Actualizado: 23 ene 2021


Escrito por Luis Durán

Una de las cosas que más me gusta y me ha gustado en la vida es el Tenis, lo practiqué durante algunos años y algo que siempre quise hacer cuando ya no lo practicaba, era poder sentarme las horas y poder disfrutar, al menos frente a la TV, de un buen partido de tenis de los llamados Grand Slams, es decir, los torneos más importantes.

 

El tenis me gusta esencialmente porque es un deporte donde además de tener un rival enfrente, tienes que vencerte a ti mismo en todos los aspectos, desde la parte física que resulta la más evidente hasta la parte mental y emocional, es un esfuerzo continuo por no caer ante tus propias dudas sobre tu capacidad para vencer al otro; esto no quiere decir que estés solo en este esfuerzo, hay una enorme cantidad de elementos a tu alrededor que sin duda son parte fundamental de tus logros, desde entrenadores, masajistas, terapeutas, médicos, amigos, familia, rivales y cuando ya estás en la cancha, sin duda alguna, el público y los fanáticos. Una gran cantidad de variables externas que generan en gran medida lo que será tu actuación, como en cualquier otra actividad en la vida.

Este gusto por el tenis me ha llevado a que desde el 2005 he seguido a un jugador, que desde mi punto de vista es extraordinario como tenista y como persona. Se llama Juan Martín del Potro.

DelPo como se le conoce entre los aficionados es muy carismático y apasionado cuando está en la cancha, demuestra mucha seguridad en sus golpes, sobre todo su derecha es muy consistente y su revés a dos manos muy efectivo, además de una bolea acertada y constante. Demuestra mucha seguridad y ante todo es un verdadero caballero en la cancha, es muy difícil que pierda el estilo.

Pero lo que mas me llama la atención de DelPo es que no resulta sencillo entender que alguien como él, haya tenido que lidiar con tantas derrotas y siga trabajando en el día con día para mejorar su juego; que por problemas de salud, cirugías, haya tenido que dejar de jugar, y perder su sitio número 4 en el ranking mundial y bajar hasta el sitio 1042, posición en la que se situaba en 2016 tras once meses sin poder competir. Gracias a una invitación del torneo Delray Beach vuelve a competir y de nuevo alcanzar hacia finales de ese año la posición 38 del ranking de la ATP y el premio de la misma por el Regreso del Año.

En este 2018 vuelve a la posición 4 del ranking gracias a sus triunfos en diversos torneos, entre los cuales estuvo el Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco, donde obtuvo el triunfo.

Su camino al igual que el de muchas personas no ha sido de miel sobre hojuelas y al igual que muchos ha tenido que volver a empezar.

Para mí, el ejemplo de este deportista habla mucho de un tema que me interesa conocer un poco más a fondo y que es el de la Resiliencia, definida en general como la capacidad de una persona o grupo para recuperarse frente a la adversidad, superarla y proyectar hacia el futuro.


La Resiliencia No se trata de ninguna manera de que las personas sean invulnerables a la adversidad, sino de conseguir superarla adecuadamente y sin tener consecuencias negativas para ellas. Una característica importante es que la persona consiga beneficios posteriores después de pasar por problemas adversos.

En el mundo laboral en general, todos hemos enfrentado la adversidad, a veces como frustración cuando no hemos alcanzado lo que nos habríamos propuesto, la falta de reconocimiento a nuestro esfuerzo, el que nuestros planteamientos no tengan eco en las esferas donde se toman las decisiones, el no ser tomados en cuenta en temas en los que consideramos que nuestra experiencia puede aportar algo, en fin, esa frustración y seguro la han sentido, puede ir de un mal rato hasta echarnos a perder algunos días de nuestra vida laboral y afectar nuestra vida familiar y social.

La adversidad, si la podemos entender es el antecedente o el desencadenante del comportamiento resiliente; ante ella se inicia un proceso que no es una habilidad individual, sino que necesita de la intervención de diferentes mecanismos psicosociales y a partir de ello deviene la Adaptación Práctica, es decir, el éxito en la consecución del comportamiento resiliente que contaría con la intervención de una serie de variables que coadyuvarían en su obtención.

Algunas de estas variables se refieren al bienestar psicológico alrededor del cual gira la Psicología Positiva según Martin Selligman y son: las emociones positivas, el compromiso, los vínculos positivos, el logro y el significado.

Cada una de estas variables podemos desarrollarlas a lo largo de la vida, sin embargo, en el ámbito corporativo podemos buscar y generar experiencias que de alguna manera puedan dotar a nuestros colaboradores y equipos y a nosotros mismos con esta calidad de experiencias.

En este sentido hay cinco elementos que nos pueden apoyar en este trabajo de construcción:

  1. Reconocer y enfrentar nuestra propia vulnerabilidad ante la adversidad, hablamos de sentimientos. Reconocer lo que sentimos frente a los hechos.

  2. Usar nuestra inteligencia emocional para poder facilitar estados de acciones positivas, las que podemos llevar a nuestro entorno, promoverlas y dar ejemplo de ellas.

  3. Bienestar Subjetivo; en qué medida estamos satisfechos con nuestra vida, es un tiempo de reflexión reconociendo que lo que proyectamos a los demás es un resultado de nuestra satisfacción o no con lo que hacemos.

  4. Locus de Control*, tomar la responsabilidad de afrontar positivamente las adversidades y reducir la dependencia que podamos tener para enfrentarlas y por último,

  5. Demostrar Competencia, es decir, activar los recursos cognitivos con que contamos para afrontar las situaciones.

Sin duda alguna, muchos de nosotros ya contamos con un bagaje emocional en estos aspectos; trabajar en equipo para conocerlo y reconocerlo en nosotros, es algo que podemos hacer en el día a día y asumir como un descubrimiento cuando veamos con claridad estas capacidades y cuando no podamos visualizarlas, trabajar en su construcción.

Hay retos que la vida nos presenta y no podemos permanecer inmunes ante lo que representan, si DelPo ha podido y demostrado una gran Resiliencia, yo creo que yo también.

Les comparto que hace relativamente poco tiempo, en el mes de Mayo, me detectaron lo que el médico llamó un par de síntomas que claramente se relacionaban con el mal de Parkinson. Desde luego no es una noticia agradable, sin embargo, debo decir que en mi caso resultó tranquilizante, no solo por la actitud y comentarios del médico, sino y sobre todo porque de alguna manera yo sabía que algo estaba sucediendo en mi organismo y no sabía cómo interpretarlo.

Este pre diagnóstico me alertaba sobre lo que de alguna manera presentía y a la vez me permitía saber que estaba en buenas manos y que habría algo que hacer. Lo único que tuve que hacer es ponerme en las manos de Dios y del médico, y seguir instrucciones.

Por supuesto esto ha significado un cambio importante en mis prioridades, en mi forma de vida, en mis horarios y otros cambios que seguirán sin duda, y que de alguna manera intento que no cambien en lo fundamental, lo que verdaderamente importa para mí y todo lo que me gusta hacer.

Espero haber trabajado lo suficiente en acrecentar mi Resiliencia para poder atender este tema, brincarlo y seguir adelante con lo que tengo sin echar de menos lo que se vaya quedando en el camino.

Ser Resiliente se ha convertido en un reto, de ahí mi interés por el tema.

Luis Durán se ha desempeñado de manera exitosa en diferentes industrias como la aeronaútica y la financiera, donde se destacó por su labor de desarrollar líderes y transformar la forma de vivir el liderazgo, pero especialmente por ganarse la admiración, cariño y respeto de todas las personas que colaboraron con él. Actualmente es consultor senior en desarrollo humano y asesor de negocios.

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