Por Guillermo Iglesias Arroyo
Imaginemos este escenario: es la final de la Champions League. En una banca, un entrenador experimentado, con años de experiencia y una intuición agudizada por cientos de partidos, analiza el juego. En el equipo contrario solo tenemos una pantalla gigante muestra datos en tiempo real, gráficos y predicciones generadas por una inteligencia artificial.
Revisemos quién tomará las mejores decisiones
La IA: Un estratega de datos, frío y calculador
La IA, con su capacidad para procesar enormes cantidades de información en tiempo real, podría identificar la mejor formación, los cambios tácticos más efectivos y hasta predecir la siguiente jugada del rival. Es como tener un equipo de analistas trabajando 24/7, siempre buscando la ventaja.
Ejemplo: Imagina que la IA detecta que el equipo rival está fatigado en el centro del campo. Inmediatamente, sugiere un cambio táctico para aprovechar esta debilidad, como un pressing alto para recuperar el balón rápidamente.
El entrenador humano: El corazón y el alma del equipo
Un entrenador humano, sin embargo, aporta algo más que datos: aporta pasión, liderazgo y la capacidad de conectar con sus jugadores a un nivel personal. Puede motivar a un equipo en desventaja, calmar a un jugador nervioso o hacer un cambio de ánimo en el vestuario.
Ejemplo: Pep Guardiola, conocido por su obsesión por el detalle, pero también por su capacidad para crear un ambiente de equipo único, podría hacer un cambio de formación no necesariamente basado en los datos, sino en su intuición sobre el estado anímico de sus jugadores o en una jugada que recuerda de su propia carrera.
¿Si fueras el dueño de un equipo a quién le darías mayores probabilidades de ganar el campeonato, la reflexión es digna de pensarse?
Lo más probable es que el futuro del fútbol vea una combinación de ambas. La IA proporcionando datos precisos y análisis en tiempo real, mientras que el entrenador humano aporta la experiencia, la intuición y la capacidad de liderazgo. Hoy en día ya muchos equipos de fútbol de élite ya utilizan herramientas de IA para analizar el rendimiento de los jugadores, diseñar entrenamientos personalizados y predecir resultados. Sin embargo, es el entrenador quien toma las decisiones finales, basándose tanto en los datos como en su propio juicio.
La IA puede simplificar algunos aspectos del juego, pero la complejidad y la belleza del fútbol residen en la interacción entre la mente humana y el juego en sí. Tanto la IA como el entrenador humano tienen un papel fundamental en el fútbol moderno. La IA puede optimizar el rendimiento, pero es el entrenador humano quien inspira, motiva y crea una cultura ganadora. Al final, el fútbol es un deporte de equipo, y el éxito depende de la interacción entre todos los miembros del equipo, desde los jugadores hasta el entrenador.
¿Quién ganaría realmente en un duelo IA vs. humano? Quizás la pregunta más relevante sea: ¿quién ganaría si ambos trabajaran juntos?
Me parece que aquí es donde vale la pena detenernos y tratar de llevar esta reflexión a tu trabajo. Muchas personas con las que he platicado últimamente piensan que sus trabajos serán reemplazados y es probable que algunos, los más operativos desde mi punto de vista, pero la gran mayoría no, sin embargo, todos serán impactados y debemos empezar a prepararnos.
Ciertamente, hoy la IA debe formar parte de nuestro quehacer diario, la fuente de información que nos brinda la tecnología es extraordinaria y el no utilizar este recurso nos pone en desventaja con los que si lo hacen. Debemos romper la resistencia al cambio y empezar a pensar cómo nos complementa, te aseguro que encontrarás muchos más beneficios de lo que imaginas.
Regresando a la metáfora del fútbol, tu pisas la cancha todos los días cuando empiezas con tu trabajo diario y hoy decides si le inviertes a ser campeón o un simple competidor.
"El fútbol es un juego simple, pero es increíblemente difícil jugarlo bien"
Sir Alex Ferguson.
Totalmente de acuerdo, la parte humana siempre superará a la IA. Muchas felicidades