Por Jürgen Brandenstein
A lo largo del año 2020, tuve la oportunidad de compartirte los conocimientos que he adquirido a través de historias y experiencias enriquecedoras. Hoy te quiero platicar una de las más grandes lecciones que he tenido en mucho tiempo.
La adaptabilidad formó una parte fundamental en mi día a día, así como reinventarme para poder vivir una vida a distancia en la medida de lo posible ante nuestras actividades y responsabilidades. En lo personal y como lo platiqué en alguna historia que te compartí, el pasar de los días podría presentar un reto diferente o un aprendizaje.
Ese primer obstáculo muchos lo compartimos; comprender que el poder de la situación que estamos viviendo desde hace tiempo, nos iba a cambiar de alguna u otra manera esos objetivos y sueños que alguna vez fueron aliados para nuestro positivismo ante la adversidad, ya que han quedado en pausa o simplemente no se pudieron cumplir debido a las circunstancias.
A pesar de esto, ese obstáculo de encontrar la cotidianidad en lo atípico lo había comprendido perfecto, a pesar del cansancio y el estrés que podía causar la exigencia de las actividades cotidianas, me encontraba listo para llegar al periodo decembrino de descanso, buscando cargar energías en casa mientras pasaba tiempo de calidad con mi familia; sin embargo, esos planes un día cambiaron.
El adversario más grande y temido había tocado mi puerta, eso que veía tan lejos se acercó hasta que finalmente entró a mi cuerpo dejándome a mi y a mi familia ese reto que sería el más grande para concluir e iniciar un año nuevo. El autor de tantos cambios y pérdidas nos iba a acompañar en lo que esperábamos, fuera un viaje efímero teniendo como destino seguir en pie con salud y unidos.
Si tuviera que explicarte esos días, te definiría mi experiencia con la COVID como una constante batalla emocional, esa sensación que buscas comprender al 100% pero no lo logras hasta convivir con ella, en donde observas cambios repentinos en ti y en tu familia, buscando la mejor manera para que el malestar sea solo una experiencia complicada. Esos días de insomnio, planeación y preocupación ante los posibles escenarios. Ese gran enemigo con el que buscas conciliar te hace pensar, reflexionar y analizar en esos días “comunes”que no valoramos lo suficiente.
Al pasar de los días obtuvimos lo anhelado, revertir ese reto que nos había cambiado. Nos encontrábamos bien y era cuestión de tiempo poder recuperar el estado de salud ideal; sin embargo, el regreso a casa fue distinto, me di cuenta de que jamás sería el mismo.
Termine de comprender el ser agradecido, ya que escuchamos constantemente la frase “agradece lo que tienes”, pero creo que lo relacionamos con lo material, dejando a un lado a nuestros seres queridos y sobre todo, las habilidades que tenemos para hacer cosas buenas.
Comprendí que a pesar de tomar las medidas necesarias esto le puede suceder a cualquier persona; a pesar de ello, comprendí que al procurarme a mí mismo con hábitos positivos de cuidado, también estoy procurando el bienestar de los demás, demostrando más que nunca que tenemos una visión conjunta y a pesar de las diferencias somos un equipo.
Hoy no te daré recomendaciones ni acciones clave ya que cada persona ha vivido esto de una manera totalmente distinta.
Solo deseo que aproveches al máximo las herramientas y habilidades con las que cuentes, que tus muestras de afecto sean reales y genuinas, que busques crear un impacto positivo a terceros al cumplir tus sueños. Sea cual sea la plataforma con la que cuentes para ser un agente de cambio, utilízala para brindar motivación y amor en tu entorno.
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