
Por Guillermo Iglesias Arroyo
Era 1996 y el equipo de rugby de Nueva Zelanda, los All Blacks, estaba en crisis. Habían sido derrotados por Sudáfrica en la final del Mundial del año anterior y, aunque tenían jugadores estrella, algo faltaba. Entonces, dentro del vestuario, emergió un líder inesperado: Sean Fitzpatrick. No era el más talentoso ni el más carismático, pero tenía una habilidad única que cambiaría el rumbo del equipo.
Este tipo de líder es el protagonista de The Captain Class, el libro de Sam Walker que desmitifica el liderazgo. Walker estudió los equipos más dominantes de la historia y encontró un patrón: su éxito no dependía de grandes estrellas o entrenadores legendarios, sino de un capitán con características muy particulares.
En el mundo corporativo, solemos asociar el liderazgo con el CEO carismático o el visionario disruptivo. Pero la verdadera magia ocurre en las trincheras, en los equipos que funcionan como una máquina bien engrasada gracias a alguien que no busca los reflectores, sino la victoria colectiva.
¿Qué Hacen los Verdaderos Capitanes?
Según Walker, los mejores capitanes tienen características que desafían los estereotipos tradicionales de liderazgo:
1. Comunicación silenciosa pero efectiva: No son los más elocuentes, pero saben qué decir en los momentos clave.
2. Ejemplo en acción: Lideran con el esfuerzo y la disciplina, no con discursos motivacionales.
3. Sacrificio absoluto: Anteponen el bienestar del equipo a su propio éxito individual.
4. Resiliencia extrema: No temen la adversidad; la convierten en combustible para el equipo.
Cómo Aplicarlo en el Mundo Corporativo
Imagina a Sofía, una gerente de proyectos en una multinacional. No es la persona que más habla en las reuniones ni la que recibe más reconocimientos, pero su equipo sabe que pueden contar con ella en cualquier crisis. Cuando hay un problema, es la primera en enfrentarlo. Cuando alguien necesita apoyo, ella está ahí. Y cuando el equipo gana, deja que los demás brillen.
Las empresas necesitan más líderes como Sofía: personas que encarnen la cultura, que sostengan el equipo en los momentos difíciles y que, sin importar su título, eleven a los demás.
Como dice Sam Walker:
"El rasgo más importante de los equipos ganadores no es el talento ni la estrategia, sino un capitán que haga que todo funcione."
En el deporte o en los negocios, los verdaderos líderes no buscan ser estrellas. Buscan ganar juntos.
コメント